El Servicio Público de Empleo Estatal puso en marcha un fichero en el cual se recoge desde 2008, una lista de profesiones homologadas como tales y con cuyas características el trabajador puede identificarse. A la acreditación de cumplir determinadas características se denomina certificado de profesionalidad, que expende la Administración, siendo el aval que muchas empresas exigen al empleado y el documento que solicitan los ciudadanos para presentar en sus búsquedas activas de empleo.

Encontrarse con esta petición es lo habitual en la actualidad, pero será imprescindible en breve. Y es que es un trámite burocrático más que clasifica, perfila y delimita las posibilidades de capacitarse para desarrollar diferentes actividades como empleo en caso de encontrar dificultades en la clasificación donde el trabajador tenga su certificación. Y como es lógico pensar, la ingente lista de cualificaciones profesionales se materializa en el Catálogo Nacional de las Cualificaciones, una recopilación que sigue siendo dinámica a día de hoy porque se va ampliando, curiosamente.

¿Podríamos deducir sospechosamente que cuanto más crece el susodicho catálogo de cursos con certificado de profesionalidad menos oportunidades hay de encontrar empleo? Es la gran paradoja a la que el Ministerio de Empleo nos empuja a manejar teniendo en cuenta que esta herramienta censal es limitante y limitadora; aunque claro está que si existe la formación es que conllevará a un puesto de trabajo. Si bien nos encontramos ante la petición constante de una acreditación diferente para trabajar a cada paso.

Y para conseguirlo, el trabajador mayor de 18 años debe acreditar su nivel de estudios y competencias, bien mediante la aportación de experiencia profesional anterior o de su formación acreditada. Se trata de dar unas vueltas de tuerca más al conocido centro nacional de empleo o el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) y burocratizar aún más la vieja maquinaria, especializándola al máximo y consiguiendo clasificar al milímetro a la masa trabajadora, cada vez más grande y con menos posibilidades debido a la limitación del empleo.

Así pues, existe una gran oferta para lograr un certificado de profesionalidad según las aptitudes de los aspirantes, sus experiencias laborales pasadas y sus deseos profesionales futuro. De tal forma, también cabe destacar las facilidades de esta formación gracias a los numerosos centros homologados en los que se imparten los cursos, y que cuentan con los profesores más preparados para formar a los expertos que aspirarán a los puestos de trabajo que más demandan las empresas en la actualidad.


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